A una semana de confirmarse la condena e inhabilitación contra Cristina Fernández de Kirchner, el silencio del ex intendente de Villa Nueva y actual subsecretario de Municipios de la Provincia, Natalio Graglia, se vuelve llamativo. Convertido en una de las principales referencias locales del kirchnerismo durante más de una década, Graglia eligió no emitir palabra alguna, alineándose a la estrategia del llaryorismo que, hasta el momento, evitó pronunciarse sobre la situación judicial de la ex mandataria peronista.
Durante los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández, Graglia profesaba un kirchnerismo sin dobleces, incluso en una provincia donde ese sello político era sinónimo de corrupción.

Sin embargo, con la incorporación suya, la de su hermano Franco y de buena parte de su equipo al gobierno de Martín Llaryora, marcó un notorio cambio de camiseta y su identidad política es otra. Como dirían en el barrio: “Una verdadera panquequeada”.
Hoy, en tiempos de proscripción y retroceso para el kirchnerismo, Graglia opta por el silencio, confirmando un giro que para muchos no es ideológico sino pura conveniencia. Un silencio que habla más que mil discursos.