El actual ministro de Cooperativas de Córdoba, Martín Gill, se encuentra en el ojo de la tormenta tras verse envuelto en dos causas judiciales que podrían poner en riesgo su futuro político. La primera causa, de índole personal, lo tiene imputado por lesiones leves en perjuicio de Lourdes Astudillo, un tema altamente sensible en el contexto actual de lucha contra la violencia de género. La segunda, de alcance nacional, lo involucra en una investigación por presunta corrupción vinculada al desvío de fondos universitarios durante su gestión como titular de la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación.
La causa de corrupción: Un viejo expediente reactivado
La investigación por corrupción, que gano notoriedad en los últimos días, se inició en noviembre de 2017 a raíz de una denuncia presentada por el abogado Santiago Dupuy de Lome. En la misma, se expone una supuesta triangulación de fondos públicos desde la Universidad de San Martín hacia la productora de los programas televisivos 6, 7, 8 y Duro de Domar, ambos símbolos de la propaganda kirchnerista durante los años de gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Según la denuncia, esta maniobra habría ocurrido entre 2010 y 2014, cuando Gill ocupaba la Secretaría de Políticas Universitarias.
El programa PASCAL, desarrollado por la Universidad San Martín, habría sido el eje de esta triangulación, funcionando como una pantalla para desviar los fondos destinados a medir el comportamiento social a través del consumo de medios masivos.
A pesar de que el expediente estuvo paralizado durante años, la causa fue reactivada recientemente por el juez federal Julián Ercolini, quien solicitó la indagatoria de Gill y de otros dos exsecretarios de Políticas Universitarias, Alberto Dissern y Aldo Caballero. Además, Ercolini exigió que Gill designe un abogado con matrícula en la ciudad de Buenos Aires.
Impacto político: ¿Qué decidirá Llaryora?
Hasta hace poco, el gobernador Martín Llaryora había mostrado disposición para sostener a Gill en su gabinete, al menos hasta que hubiera una resolución en la causa por lesiones leves. Sin embargo, el reciente avance de la investigación por corrupción encendió las alarmas en el entorno del gobernador, especialmente porque Córdoba demostró ser una provincia tradicionalmente refractaria al kirchnerismo.