Ramón Mestre llegó a las legislativas de 2025 encabezando la histórica “Lista 3” de la UCR cordobesa, pero su desempeño fue mínimo: la Unión Cívica Radical apenas alcanzó el 3,23 % de los votos en la provincia, según el escrutinio provisorio con casi el 100 % de las mesas contabilizadas.
El golpe fue duro para el radicalismo local, que ni siquiera logró entrar al reparto por D’Hondt. A pesar de esta derrota, Mestre no se achica: ya trabaja con fuerza para convertirse en la cabeza del foro de intendentes radicales, una jugada clave para recomponer poder interno tras los reveses electorales.
En ese escenario suena con fuerza el nombre de Leopoldo Grumpstrup, intendente de Pilar y reciente jefe de campaña de Mestre. Su candidatura aparece como un guiño estratégico: buscaría integrar al mestrismo en la conducción del foro, sobre todo ahora que se especula con ampliar el comando más allá del núcleo tradicional. Otros sectores de la UCR, sin embargo, son escépticos. Critican que la propuesta de apertura llega “tarde” y temen que sea solo retórica, cuando ya se arma el poroteo de cara a la interna de 2026.
El contexto interno es tenso. La UCR cordobesa está liderada por el riotercerense Marcos Ferrer, con intendentes como Roberto Casari (Vicuña Mackenna) y Rubén Dagum (Almafuerte) comandando el foro territorial. Frente a ellos, Mestre busca capitalizar su peso político para retomar protagonismo, aunque otros radicales descartan cualquier acuerdo con él.
Por su parte, el intendente de Villa Nueva, Ignacio Tagni —otro jefe de campaña de Mestre que cosechó 1.488 votos en su municipio con una campaña “a todo trapo”—, aparece menos mencionado como candidato para presidir el foro, a pesar de su aporte territorial.
El debate para definir la nueva conducción radical se daría en una reunión clave a mediados de diciembre. Allí podría cristalizar un acuerdo que reestructure el poder local: Mestre pretende el sello para maniobrar hacia una candidatura, mientras otros correligionarios quieren evitar que monopolicen la conducción.
