En medio de la agitada campaña electoral en Villa María, surge un tema candente que ha logrado captar la atención de los vecinos: la controvertida enajenación de la histórica Plaza Manuel Anselmo Ocampo.
Mientras varios candidatos se comprometen a preservar el patrimonio comunitario, uno se destaca por su apoyo a la cesión de la emblemática plaza a inversores privados: Darío Capitani, quien fue participe en 2019, junto al oficialismo municipal de la entrega del Salón de los Deportes, Estacionacionamiento de la Terminal de Ómnibus y de La Placita.
En un evento organizado por la Asamblea de Vecinos Autoconvocados en Defensa del Patrimonio Comunitario, la mayoría de los candidatos a intendente y concejales se comprometieron a revertir la ordenanza que permitió la entrega de Plaza Ocampo a inversores privados. Sin embargo, los notables ausentes en ese compromiso fueron los miembros de la alianza “Juntos por el Cambio,” encabezada por Darío Capitani como candidato a intendente y Felipe Botta, Natalia Gonzales y Pablo Perret en los primeros lugares de la lista de concejales.
La enajenación de Plaza Ocampo planteo una grieta en Villa María, entre los que ven la oportunidad de realizar un negocio económico con los bienes públicos, mientras que otros consideran que se trata de un despojo del patrimonio comunitario.
La contracara a Dario Capitani, fueron los candidatos Alejandro López, Eduardo Accastello, Braulio Zanotti, Gerardo Centani, Manuel Sosa, Néstor Mojica, Nadia Brossard, Julieta Ceballos y Carlos Giliberti se comprometieron a respetar y proteger el patrimonio de los villamarienses, derogando las ordenanzas que permiten la enajenación de la plaza.
La decisión sobre el futuro de Plaza Ocampo será un punto crucial en las elecciones municipales del próximo 1 de octubre, donde los ciudadanos de Villa María tendrán la oportunidad de elegir candidatos comprometidos con la protección del patrimonio comunitario para el disfrute de los vecinos y no así, a los “vivos” de siempre que se apropian de los bienes públicos para realizar negocios privados.
Si es un sorete, siempre a las órdenes del peronismo.