En un gesto que reaviva los peores vicios de la política, el diputado nacional Rodrigo de Loredo publicó en sus redes un spot en el que se muestra al gobernador Martín Llaryora diciendo frases que jamás pronunció. El video, creado con inteligencia artificial, simula un discurso del mandatario provincial con una perfección técnica inquietante. Recién al final, una aclaración intenta despegar al radical: “Basado en hechos reales. Escrito y dicho por la Inteligencia Artificial”.
La jugada, que rápidamente desató críticas, marca un preocupante antecedente en la campaña cordobesa. En lugar de aportar al debate de ideas, De Loredo optó por desdibujar la frontera entre verdad y mentira, en un intento desesperado por captar atención a cualquier costo. El recurso, además de éticamente cuestionable, abre la puerta a una peligrosa normalización del uso de herramientas de IA para tergiversar discursos públicos.
La política no necesita más golpes bajos ni estrategias de manual para viralizarse. Necesita responsabilidad. Y sobre todo, respeto a la ciudadanía.