En medio de las expectativas por la asunción de los legisladores electos de Juntos por el Cambio el próximo 10 de diciembre, se gestó una sorprendente situación que envuelve a la edil villamariense del PRO, Karina Bruno.
Tres de los cuatro legisladores electos del PRO, Patricia Botta, Oscar Tamis e Ignacio Sala, se reunieron para plasmar una foto de unidad y consensuar un documento que reafirma su posición como parte del espacio opositor. En dicho documento, dejaron claro que no formarán parte del oficialismo provincial liderado por el gobernador electo Martin Llaryora, desmintiendo así las versiones del peronismo cordobés que los contaba como potenciales aliados.
Sin embargo, llamativamente Karina Bruno, quien ocupó el tercer lugar en la lista sabana de legisladores que acompañaba a Luis Juez como candidato a gobernador, brilló por su ausencia. La edil villamariense, que destaca en la política local por sus coincidencias en proyectos polémicos con el gobierno del intendente Martin Gill, como la entrega de Plaza Ocampo, Salón de los Deportes, Estacionamiento de la Terminal de Ómnibus, entre otros, parecería estar tomando un rumbo diferente al de sus compañeros partidarios.
En las ultimas horas, trascendió que Bruno, quien responde al legislador provincial, Darío Capitani; próximo titular de la cartera provincial de turismo, habría definido su posición política. Fuentes cercanas sugieren que Bruno renuncio a ser opositora para a partir de diciembre abrazar abiertamente el oficialismo de Martín Llaryora. Donde podría coincidir con el intendente Martín Gill y la legisladora electa, Verónica Navarro Alegre, pareja del electo intendente Eduardo Accastello.
Esta inesperada metamorfosis plantea interrogantes sobre el compromiso político asumido por Bruno durante la campaña. Recordemos que la ciudadanía cordobesa respaldó su candidatura el pasado 25 de junio, confiando en sus promesas y en su rol como opositora.
El panorama político en Córdoba se torna más difuso a medida que nos acercamos al cambio de gobierno, y la decisión de Karina Bruno añade un elemento inesperado a este escenario. ¿Será puro oportunismo político o un verdadero cambio de convicciones?