El caso de Bruto, un perro cruza de Dogo Argentino y Pitt Bull, sacudió nuevamente las redes sociales y puso en evidencia las serias falencias en la gestión de casos de maltrato animal en Villa María.
Todo comenzó la semana pasada, cuando vecinos de barrio Los Olmos denunciaron públicamente la situación crítica de un perro encadenado permanentemente, sin agua ni comida, en una vivienda de la zona. La escena era desgarradora: los mismos vecinos debían usar palos para empujar un tacho de agua y alimento hacia el animal. A pesar de los reclamos directos a los dueños de la vivienda, y de radicar una denuncia por maltrato animal en la Justicia local, el perro desapareció misteriosamente días después.
Esta mañana, Bruto volvió a ser noticia. Una persona dedicada al rescate de animales lo localizó nuevamente encadenado bajo una copiosa lluvia, temblando de frío y en condiciones de extrema vulnerabilidad. El perro estaba atado con una cadena de un metro y una correa de persiana, mostrando signos de miedo y dominancia, lo que lo hacía potencialmente peligroso si se liberaba.
La situación se viralizó en redes sociales, provocando una reacción masiva. Pasado el mediodía, una persona oriunda de Santa Fe se presentó en el lugar en un automóvil Peugeot 307 color rojo, patente HYU 455, afirmando ser el dueño del animal. Según relató, había sido echado por un familiar de barrio Los Olmos tras el escándalo de la semana pasada y él mismo se encontraba en situación de calle, buscando un lugar para alquilar. Además, aseguró que el perro había sido utilizado para cazar jabalíes y que, debido a su agresividad hacia otros animales y personas, lo mantenía encadenado.
Diversas denuncias fueron realizadas durante la mañana del miércoles a la Policía Provincial, Seguridad Ciudadana y la recientemente creada Guardia Urbana. Sin embargo, hasta las 13:49 horas ninguna autoridad se había presentado en el lugar. La inacción de las fuerzas de seguridad locales y la falta de una respuesta adecuada evidenciaron la escasa capacitación en temas de maltrato animal y manejo de perros potencialmente peligrosos.
En Villa María, los fiscales Juliana Companys y René Bosio atienden causas relacionadas con maltrato animal con mucho profesionalismo, mientras que la fiscal Silvia Maldonado y la Policía Provincial, no intervienen en estos casos, según señalan proteccionistas locales. La situación de Bruto y otros perros, pone de manifiesto la necesidad de un abordaje integral y urgente.
La combinación de negligencia humana, un sistema judicial lento y una evidente desorganización de las fuerzas locales refleja un problema mucho más amplio. Si Bruto hubiera logrado soltarse, podría haber ocurrido una tragedia, algo que parece no dimensionar las autoridades locales.