La jornada institucional de este jueves quedará registrada como una de las más bochornosas de los últimos años en el Concejo Deliberante. Todo comenzó con una audiencia pública que arrancó con más de media hora de demora respecto del horario anunciado —una falta de respeto elemental hacia vecinos y vecinas— y que derivó en un tenso y lamentable cruce entre el ex candidato a intendente Alejandro López y el presidente del cuerpo, Juan Pablo Inglese. Un episodio que expuso, sin maquillaje, el deterioro del debate democrático y el clima de intolerancia que atraviesa al recinto.

Pero lo más grave no fue el espectáculo previo, sino lo que vino después.
Tras la audiencia, se dio inicio a la sesión ordinaria de los días jueves, donde, casi sin rubor, se aprobó una autorización para que el intendente Eduardo Accastello pueda contratar hasta 1.500 millones de pesos sin licitación pública. Una cifra monumental, otorgada con una liviandad alarmante y sin los controles que exige cualquier administración responsable de fondos públicos.
La decisión fue acompañada en bloque por el oficialismo que responde al intendente, algo previsible. Lo verdaderamente preocupante fue el respaldo explícito de concejales que se presentan como opositores, pero que en los hechos actúan como socios circunstanciales del poder ejecutivo.
Votaron a favor Natalia González, Evelyn Acevedo (PRO), Felipe Botta (UCR) y Pablo Perret (Frente Cívico), todos ellos alineados políticamente con Darío Capitani. Una votación que deja poco margen para la ambigüedad y mucho para la sospecha.

En soledad, pero con coherencia política, el concejal Manuel Sosa, del bloque unipersonal Uniendo Villa María, fue el único que se opuso a esta delegación extraordinaria de facultades.
Autorizar contrataciones millonarias sin licitación no es un tecnicismo administrativo: es una decisión política de enorme impacto institucional. Significa menos transparencia, menos competencia, menos control y más discrecionalidad. El Concejo eligió mirar para otro lado y firmar un cheque en blanco.

Y que esperaban de esos corruptos que lo único que les interesa es su kiosco. Son inútiles en el sector privado y ven en el estado , una posibilidad de chorear. Si la Justicia a ellos no les llega. Vamos AliBaba , a seguir llenando la cueva con dinero de los ciudadanos.