El peronismo de Villa Nueva atraviesa una etapa de reacomodamientos tras la dura derrota en las últimas elecciones municipales, donde Ignacio Tagni se impuso por 20 puntos de diferencia sobre Franco Graglia, candidato impulsado por el ex intendente Natalio Graglia. El resultado dejó en evidencia las divisiones internas que habían marcado la previa de los comicios y abrió serios interrogantes sobre el futuro liderazgo del espacio de cara al 2027.
La falta de consenso en torno a la candidatura de Franco Graglia, impuesta a “dedo” por su hermano Natalio, generó resquemores en figuras de peso del peronismo como Marcelo Frossasco, Guillermo Cavagnero y Edgardo Garmendia. Incluso, tras las elecciones, algunos referentes peronistas se acercaron al oficialismo del radical Ignacio Tagni, como Adriana Allasia de Cavagnero, que desde el Tribunal de Cuentas, asumió un rol colaboracionista del gobierno de Tagni, debilitando aún más a la oposición.
En este contexto, los nombres que se barajan dentro del peronismo no terminan de consolidarse. El concejal Guillermo Aiassa, ex Secretario de Gobierno, aparece como una opción, aunque su escaso nivel de conocimiento entre los villanovenses y su identificación con Villa María le juegan en contra.

Otro de los nombres mencionados es Mauro Bizzarri, actual secretario de Natalio Graglia y editor del Info-novense. Su figura fue impulsada en 2015 por el accastellismo de Villa María como el posible sucesor de Guillermo Cavagnero. Sin embargo, hacia dentro del peronismo se lo cuestiona por su “infantilismo político” y hacia afuera, por su rol de comunicador militante desde las sombras, con crónicas verdaderamente sorprendentes para su edad, que no le suman en nada al espacio, ni tampoco hacen mella sobre la figura de Tagni.
En medio de estas indefiniciones, el nombre de Celeste Scarafia comenzó a ganar espacio como posible candidata. Su figura adquiere relevancia no solo por estar al frente de la campaña de Provincias Unidas, sino también porque se la percibe ajena a las denuncias de corrupción que involucran a la gestión de su marido y a parte de su entorno. A diferencia de otros dirigentes, Scarafia puede exhibir un trabajo social y cultural en distintos sectores de la ciudad, lo que podría fortalecer su perfil frente al electorado.
Si bien todavía resta mucho camino hacia las próximas elecciones, en los pasillos políticos se especula con que, si el oficialismo provincial logra imponerse en Villa Nueva, gran parte del mérito recaerá sobre Scarafia. Esto, a su vez, podría contrastar con el desempeño de Ignacio Tagni, como jefe de campaña de Ramón Mestre, donde algunas encuestas auguran un resultado catastrófico para UCR.
El desafío para el peronismo será resolver sus internas y definir una estrategia competitiva en un escenario donde los liderazgos tradicionales parecen desgastados. Ante ese panorama, la posibilidad de que Celeste Scarafia emerja como la “candidata tapada” no parece una idea descabellada.

Esta chica me gusta, es buena persona. Ojalá que se le de.