La detención de Guillermo “el puma” Kraisman por intentar cobrar el sueldo de Virginia Martínez –una mujer que, según la Justicia, jamás trabajó en la Legislatura de Córdoba– no solo puso en evidencia una maniobra fraudulenta, sino que abrió la caja de Pandora de un sistema opaco y plagado de irregularidades en el manejo de recursos públicos. Martínez también enfrenta cargos por falso testimonio.
Tras semanas de polémica, expectativas y silencio oficial, fue necesaria una acción judicial de La Voz del Interior para que la vicegobernadora Miriam Prunotto se viera obligada a publicar la nómina completa de personal contratado en la Unicameral cordobesa. El resultado: 1.054 empleados que prestan servicios para los 70 legisladores provinciales.
Pero los datos no traen claridad. Más bien todo lo contrario.
Muchos empleados, poca información
De ese total, 343 personas fueron asignadas directamente a legisladores, lo que representa un promedio de 4,9 asesores por cada uno. Aunque algunos rompen la media: la legisladora Karina Bruno cuenta con 10 asesores, sin que se hayan detallado sus funciones o justificaciones.
Lo más preocupante es lo que no se dijo. Del resto del personal, no se informó en qué sector de la Unicameral se desempeña. No hay organigrama claro, ni tareas asignadas, ni mecanismos de control visibles. La estructura legislativa parece diseñada no para representar, sino para esconder.
El caso Graglia: del municipio a la Legislatura sin escalas
Entre los nombres revelados figura Franco Maximiliano Graglia, ex candidato a intendente de Villa Nueva y hermano del actual subsecretario de Municipios, Natalio Graglia. Luego de perder por 20 puntos frente a Ignacio Tagni en las últimas elecciones municipales, Franco encontró refugio como asistente legislativo no permanente en la Legislatura.
La contradicción es que trabajadores de planta aseguran que nunca lo han visto por el edificio, y fuentes consultadas por Soy Villa Nueva afirman que sigue colaborando con su hermano Natalio, junto al ex funcionario municipal Mauro Bizarri (editor de Info-novense).
La deducción es inevitable: Graglia cobraría un sueldo provincial como asesor legislativo pero trabajaría para su hermano, que ni siquiera es legislador. Un esquema vidrioso que parece repetir prácticas ya conocidas: pasar de estar colgados del presupuesto municipal al provincial, sin ningún tipo de rendición de cuentas.
Una Legislatura bajo sospecha
Este caso se suma a otros que erosionan la confianza ciudadana en las instituciones. El escándalo Kraisman fue solo el punto de partida. La Legislatura –que debería ser ejemplo de transparencia y control del poder ejecutivo– parece tener más empleados invisibles que leyes visibles.
¿Cuántos asesores existen solo en los papeles? ¿A cuántos se les paga sin contraprestación real? ¿Cuántos son nombrados por acomodo político y no por mérito o capacidad? Las preguntas se multiplican, pero las respuestas siguen sin llegar.
Soy Justicialista…. Por esto que existió siempre y mientras muchos pasan hambre a estos dirigentes que muchos defienden, renuncio por segunda vez Públicamente a mi Afiliación a este Partido lleno de estos dirigentes. La culpa la tienen quienes todavía apoyan.Sino se juega el Pueblo nada cambiará.Que lamentable……