A 17 meses de haber asumido como intendente de Villa Nueva, Ignacio Tagni brindó esta mañana una conferencia de prensa para defender el aumento de tasas municipales y, nuevamente, cargar contra su antecesor, Natalio Graglia. El eje de su exposición fue desacreditar al ex intendente, pero volvió a evitar lo esencial: presentar la auditoría prometida al asumir y dar explicaciones claras sobre el estado real de las cuentas públicas.
Tagni afirmó que el incremento de tasas fue “un 25% por debajo de la inflación” y se jactó de pagar sueldos y aguinaldos “en tiempo y forma”, algo que –según dijo– no hacía la gestión anterior. Sin embargo, lo más grave vino después, cuando lanzó una denuncia de posible corrupción sin dar precisiones ni actuar en consecuencia: “El sistema decía que había 230 millones en el Banco Nación y cuando fuimos a ver, había 70 millones”, expresó, dejando entrever una diferencia inexplicada de 160 millones de pesos. También aseguró que en el Banco de Córdoba figuraban 180 millones, pero solo encontraron 50: otros 130 millones cuya falta no fue denunciada formalmente en la justicia.

Lejos de aclarar o mostrar documentación, el intendente se mostró nervioso y sin capacidad de responder con firmeza ante una situación extremadamente delicada. En lugar de acudir a la Justicia o mostrar voluntad política de transparencia, se limitó a decir que están “haciendo la auditoría” y que la presentarán “cuando esté lista”. Lo cierto es que, tras casi un año y medio de gobierno, ni él ni su gabinete han hecho públicas sus declaraciones juradas de bienes. El único funcionario que lo hizo fue el ex Secretario de Gobierno, Sergio “Cacho” Aguilar.
Además, el tono autoritario con el que cerró la conferencia no pasó desapercibido. “Muchos se tienen que callar la boca”, dijo en clara alusión a Graglia, hoy subsecretario de Municipios de la Provincia. Una frase que, lejos de esclarecer, profundiza la opacidad y genera aún más sospechas.
La gestión de Tagni prometió transparencia, pero hasta el momento no muestra señales de cumplirla. Las diferencias millonarias en las cuentas municipales, la auditoría que nunca llega y la ausencia de declaraciones patrimoniales pintan un panorama confuso y preocupante en Villa Nueva.
Los vecinos merecen respuestas concretas y no frases evasivas ni golpes de efecto en conferencias de prensa.