A 17 meses de asumir al frente de la Municipalidad de Villa Nueva, Ignacio Tagni logró revertir el escenario de improvisación y desorganización que marcó los primeros tramos de su gestión. La falta de conducción política tras el fallecimiento del ex secretario de Gobierno, Sergio “Cacho” Aguilar, había dejado a la administración sin una agenda propia, corriendo detrás de los problemas cotidianos y sin capacidad de anticipación.
Sin embargo, en los últimos meses, el panorama cambió. Tagni recuperó centralidad política, su gobierno comenzó a mostrar planificación, y volvió a posicionarse con propuestas e iniciativas propias. El armado político se consolidó en torno a un núcleo fuerte integrado por Justina Pucci, Marcos Tagni, Alexis Aguilar, Sofía Bottaro y Mariano Lafurcade. También Daniel Barotto con un perfil más técnico.
En ese contexto, el rol de Justina Pucci ha sido particularmente visible. A tan solo dos días de haber sido madre de la hija que tuvo con el intendente, Pucci comenzó a colaborar activamente en las tareas de difusión institucional. Hoy ocupa el cargo de Secretaria General y es una de las figuras más influyentes del equipo de gobierno, con un alto nivel de compromiso y presencia en las decisiones estratégicas.
Otro aspecto que facilitó el fortalecimiento del oficialismo fue la escasa oposición política. El Concejo Deliberante no ha ofrecido grandes contrapesos. Los ediles opositores Guillermo Aiassa y Gisela Zannini, alineados con Natalio Graglia y Angelo Valenzano —referentes del espacio de Marcelo Frossasco— mostraron una postura más bien colaborativa en vez de confrontativa. Lo mismo puede decirse de la Tribuno de Cuentas por la oposición, Adriana Allasia de Cavagñero, cuyo acompañamiento fue constante.
Así, en un escenario con escasa presión política de la oposición, el gobierno de Tagni logró reordenarse, consolidar su estructura y proyectarse con mayor previsibilidad. La segunda mitad de su mandato será clave para definir si ese orden puede traducirse en mejoras concretas para los vecinos.