En conmemoración de las cuatro décadas de democracia en Argentina, el licenciado Jorge Daher, miembro del Observatorio de la Fundación CIESO, nos lleva en un viaje a través de la historia política del país. El análisis arroja luz sobre los hitos y desafíos que marcaron el camino hacia una Argentina democrática.
Hace 40 años, a fines de octubre de 1983, la Unión Cívica Radical (UCR) ganaba las elecciones generales a la presidencia de la Nación, marcando un hito en la historia electoral argentina. La elección se polarizó entre los dos partidos políticos tradicionales, la UCR y el Partido Justicialista (PJ), que sumaron casi el 92% de los votos. La victoria de Raúl Alfonsín representó un giro significativo en la política del país, ya que fue la primera derrota del PJ en su historia electoral.
Alfonsín, considerado por muchos como “el padre de la democracia moderna en Argentina,” asumió la presidencia el 10 de diciembre de 1983, en el Día Internacional de los Derechos Humanos. Su mandato enfrentó desafíos económicos considerables, incluyendo una alta deuda externa que finalmente entró en default en 1988 y una hiperinflación en 1989. Además, se encontró con una economía estancada y problemas en el sector industrial.
El gobierno militar previo había triplicado la deuda externa, y Alfonsín tuvo que lidiar con una herencia económica problemática. A pesar de sus esfuerzos, entregó la presidencia a Carlos Menem con una deuda aún mayor. Hoy, la deuda argentina supera los 400 mil millones de dólares, marcando un desafío económico significativo para el país.
Jorge Daher enfatiza la importancia de la responsabilidad cívica en el actual contexto político, ya que Argentina se encuentra en el preludio de una segunda vuelta electoral. Enfatiza que no votar, votar en blanco o anular el voto no son opciones adecuadas, ya que debemos participar activamente en la construcción de la democracia. Los gobiernos pueden cambiar la vida de los ciudadanos para bien o para mal, y es nuestra responsabilidad elegir sabiamente.
Daher hace un llamado a los ciudadanos a no buscar líderes mesiánicos o políticos deshonestos, sino a analizar las historias y trayectorias de los candidatos. Aboga por la búsqueda del bien común, que implica una economía racional, el respeto por cada ciudadano, la equidad social y un control efectivo de quienes nos gobiernan.
En palabras de Alfonsín en el inicio de estos 40 años de democracia, “Tendremos autoridad porque seremos capaces de convencer, porque estamos proponiendo lo que todos los argentinos sabemos que necesitamos: la paz y la tranquilidad de una convivencia en la que se respeten las discrepancias.”
En un momento en que Argentina enfrenta desafíos políticos y económicos, estas palabras resuenan con una importancia renovada. La construcción y el fortalecimiento de la democracia dependen de la participación activa y responsable de sus ciudadanos, y la historia de los últimos 40 años sirve como un recordatorio de la importancia de elegir sabiamente y trabajar juntos en busca del bien común.