Ayer se dio a conocer que no se abrirá una nueva causa contra el cirujano Aníbal Lotocki por la muerte de Silvina Luna, quien fue operada por él en 2011 y falleció el pasado 31 de agosto. Esto no significa que el médico escape de toda investigación, pero hay razones legales detrás de esta decisión.
El juez Luis Alberto Schelgel determinó que Lotocki ya enfrentó una condena en relación a este caso, aunque no por homicidio, sino por lesiones graves. Sin embargo, este fallo no es definitivo, ya que está siendo revisado en la Cámara Nacional de Casación Penal debido a varias apelaciones, lo que genera un “litigio pendiente”.
En febrero de 2022, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 28 condenó a Lotocki a cuatro años de prisión y cinco años de inhabilitación médica por causar “lesiones graves” a cuatro pacientes, incluyendo a Silvina Luna, quien lamentablemente falleció este año. La sentencia aún no es firme, y Lotocki se encuentra en libertad.
El destacado abogado penalista de Córdoba, Carlos Nayi, explicó en una entrevista con Clarín que la decisión del juez Schelgel busca respetar las garantías constitucionales que impiden juzgar a una persona dos veces por los mismos hechos. Dado que las acciones que llevaron a la condena de Lotocki son similares a las que podrían haber causado la muerte de Luna, una segunda investigación sería legalmente inviable y pondría en peligro la seguridad jurídica.
Schelgel también consideró que, independientemente de la decisión de Casación de absolver o ratificar la condena de Lotocki, existe la posibilidad de un nuevo juicio. En este sentido, corresponderá al Tribunal Oral en lo Criminal N° 28, que dictó la condena inicial por lesiones graves, decidir si esas lesiones están relacionadas con la muerte de Silvina Luna.
El abogado Fernando Burlando, quien representa a la familia de Luna, anunció que apelará la decisión. Argumenta que aún se están investigando las causas de la muerte y que existen otros factores a considerar. A pesar de las similitudes en las circunstancias, Burlando enfatizó que el delito y las consecuencias son diferentes.